Dentro del Grupo de Visegrad hay tanto diferencias como similitudes, lo que contribuye a que el Grupo tenga una cierta dinámica. El Grupo ha realizado últimamente algunas actividades exitosas, o al menos iniciativas.
La política regional de la UE podría ser un ejemplo aquí, en primer lugar, una política de cohesión y de fondos relacionados, así como de fondos estructurales y de inversión. Los países de Visegrad son los beneficiarios de estas políticas. Al final todos estos países apoyaron, Donald Tusk, como candidato para el Presidente del Consejo Europeo. El Grupo también tiene la misma opinión sobre el calentamiento global y la política energética, ya que todos los países de Visegrad están de acuerdo en que los recortes previstos de las emisiones de CO2 no se pueden hacer tan rápidamente.
Recientemente, la cuestión más importante parece ser la política de inmigración. Comentarios u observaciones formuladas por varios políticos y comisarios de la UE de que el Tratado de Schengen debe ser reformado y que todos estos países, que no tienen intención de aceptar a los migrantes, deben recibir respectivamente menos financiación han generado protestas de los estados de Visegrad. Esto no impactó sólo en la política interior de estos países, ante todo, dio lugar a una gran frustración en la sociedad.
El 16 de septiembre de 2016 se celebró una cumbre informal de la UE en Bratislava. Esta cumbre fue en cierta medida una historia de éxito para el Grupo Visegrad, ya que dio lugar a la creación del llamado mecanismo de solidaridad flexible, lo que significa que se tomó la decisión de acoger sólo el número de migrantes que habían sido declarados por los Estados Miembros y sólo a aquellos a los que los Estados Miembros son potencialmente capaces de aceptar. En general, los países de Visegrad expresan una opinión diferente sobre la migración y la política migratoria de la Unión Europea. De esta manera llegamos a un punto donde las diferencias salen a la luz – los Tratados.
La República Checa y Eslovaquia han expresado preocupaciones debido a que Polonia y Hungría sugirieron la revisión de los Tratados. Ambos países desean fortalecer el mandato de los Estados Miembros en el Consejo y debilitar los poderes de la Comisión Europea y otras instituciones. Sin duda, no es sólo la República Checa y Eslovaquia, las que no quieren revisar los Tratados – Francia y Alemania tampoco apoyan ese proyecto. Por un lado, porque en ambos países habrá elecciones el año que viene, y por otro lado, porque Polonia y Hungría definitivamente no van a tener éxito en la preparación de una versión final de su propuesta antes de la próxima cumbre, ya que por ahora es sólo una idea general, y por eso no han anunciado hasta ahora los detalles de este procedimiento específico.
El Grupo Visegrad está pasando por un período interesante de desarrollo, eso vale para los presupuestos, la disciplina y el freno a la deuda. Obviamente esta postura del Grupo Visegrad está dando lugar a una nueva dinámica de desarrollo, como por ejemplo las turbulencias del mercado en Grecia. No tuvimos que esperar mucho tiempo a la reacción del primer ministro Alexis Tsipras que ha destacado que los países de Visegrad no serían capaces de desmantelar la Unión Europea o de obligarla a resolver sus problemas de acuerdo a la agenda de Visegrad. Tsipras inmediatamente invitó a los representantes de Club Med (Francia, Italia, España, Portugal, Chipre y Malta) a Atenas. Estamos tratando con dos grupos opuestos aquí, Tsipras aboga por la solidaridad en la crisis migratoria, algo que es rechazado por el Grupo de Visegrad. Por otro lado los países del sur no están apoyando la disciplina de presupuestos de la UE o la política de austeridad.
El tiempo dirá cómo Polonia, República Checa, Eslovaquia y Hungría se comportarán en función de la estrategia del Grupo Visegrad. Hoy Polonia ocupa la presidencia del Grupo.
Traducción: José Luis Martínez Redondo