Bernie Sanders no será el candidato demócrata a la presidencia de Estados Unidos en 2016, pero no abandona la carrera por la nominación por buenas razones.
El estado de la carrera por la nominación demócrata está bastante claro, y, desde la perspectiva de este autor, es desalentador.
En este momento, antes de las primarias de California y Nueva Jersey, Hillary Clinton supera a Sanders en el voto popular por un margen importante (el número exacto es discutible) y en número de delegados (superdelegados excluidos – ver nota al pie) en 270 delegados.
Será casi imposible para Sanders alcanzar a Clinton en número de delegados comprometidos (ver nota al pie) pues (necesitaría dos tercios de los votos restantes) y es matemáticamente imposible que Sanders gane la nominación sin la ayuda de los superdelegados – mientras que Clinton, con el enorme apoyo que recibe ya de los superdelegados del stablishment del partido, sólo necesita alrededor del 12% de los votos restantes para obtener la nominación. Ella, con toda probabilidad, no llegará a la cifra mágica de 2383 delegados necesarios para la nominación sin el apoyo de los superdelegados – pues necesitaría aproximadamente el 80% de los votos restantes para ello.
Con el apoyo de los superdelegados, se espera que Clinton sea declarada ganadora de las primarias demócratas por la mayoría de las cadenas de noticias de Estados Unidos el 7 de junio, cuando los primeros votos empiecen a llegar desde Nueva Jersey – incluso antes de que California haya terminado de votar. También se espera que ella sea la ganadora en voto popular, a pesar de que podría no ser tan relevante, igual que en 2008, entonces Clinton venció, en realidad, en el voto popular por un pequeño margen, pero Obama fue mucho más hábil al responder a Clinton ahí donde era realmente importante: en el número de delegados.
¿Por qué continúa la campaña?
Por lo tanto, para los partidarios de la causa de Sanders, la situación de la carrera es bastante mala. El stablishment Democrática, parte de los medios de EEUU y los miembros de la campaña de Clinton han comenzado a pedir – con cada vez más fuerza – la retirada de Sanders de la carrera.
Pero los observadores y seguidores están luchando por más que la – por ahora – prácticamente imposible nominación de Bernie Sanders. Ellos están luchando por un cambio de enfoque, un cambio de discurso. Están luchando por la adopción del programa anti-neoliberal, socialista y con conciencia de clase de Sanders en la convención del partido, están luchando para cambiar las reglas en las futuras primarias democráticas, están luchando por un mundo justo, por un Partido Demócrata más abierto e inclusivo, un Partido Demócrata que, por tanto, sea más fuerte para enfrentarse a la fuerza bruta reaccionaria que representa Donald Trump.
En cierto modo, la campaña Sanders también continúa, porque la coalición Sanders es una coalición de votantes socio-económicamente marginados, de aquellos que están cansados de elegir entre el menor de dos males y de elegir entre los multimillonarios.
En el caso de estas elecciones, la elección podría estar entre un misógino, racista, demagogo reaccionario y multimillonario y una candidata apoyada por Wall Street, neoliberal, que apoya el TTIP, elitista y con una política exterior de línea dura.
Mientras que Clinton ha tenido bastante éxito en partes de la coalición de los votantes de Obama, es decir, con los afroamericanos, los latinos-americanos, las mujeres y las personas de edad avanzada, Sanders ha tenido éxito con otras partes de la coalición de Obama, es decir, con los jóvenes demócratas e independientes. Son exactamente estos votantes los que son decisivos en unas elecciones generales, por lo que no es una sorpresa, que en las encuestas de las elecciones generales, Sanders esté funcionando mucho mejor contra Trump que Clinton. Aparte de la urgencia de estas elecciones, la coalición de Sanders (o, posiblemente, la futura coalición "Demócratas Sanders") es una coalición que ha de tomarse en serio para el futuro de la izquierda americana y de un Partido Demócrata Progresista.
La lucha tiene su impacto
Bernie Sanders ha construido su coalición, en cierto modo, sobre la base de movimientos como Occupy Wall Street y, ya en una etapa posterior de la campaña, nada más que sobre el movimiento Black Lives Matter (con un aprendizaje importante para el candidato y la campaña, pero que, en última instancia, ha conducido a una plataforma política muy importante). Ha atraído a las mayores multitudes en cada estado y todo esto sin tomar dinero corporativo y sin anuncios de ataque contra su adversaria. Más que esto, él y el movimiento alrededor de su campaña han reforzado la izquierda estadounidense, han creado un nuevo espacio discursivo, han colocado de nuevo el término "socialista" en el discurso público y han inspirado algo que debe ir mucho más allá de la primera mitad de 2016.
La cuestión a la que se enfrenta ahora este movimiento es cómo traducir esta energía progresista en algo que perdure ¿Podrá transformar el Partido Demócrata desde dentro, tal y como lo ha logrado indudablemente el Tea Party logrado con el Partido Republicano? ¿O será más bien una oposición extraparlamentaria? ¿O será un movimiento que pierda su impulso y se divida en fracciones?
Independientemente de la respuesta a estas preguntas, hay que decir que se ha producido un verdadero impacto de la revolución Bernie que debe ser tomado en cuenta. Se rumorea que Elisabeth Warren, una de las favoritas de los progresistas de los EEUU, es una de las grandes competidoras para candidato a la vicepresidencia de Clinton, algo que es visto como una concesión a los votantes de Sanders.
A la campaña de Sanders, mientras tanto, se le permitió designar casi el mismo número de representantes en el grupo que redacta el programa del Partido Demócrata para la convención que tiene Clinton. Y nombró, entre otros, a James Zogby, señalado por el Washington Post como "activista pro-palestino".
Esto podría ser una señal de que Bernie Sanders está exactamente donde debe estar: demasiado cerca de la candidata del stablishment del partido como para poder ser ignorado, demasiado exitoso como para apartarle a él, a su agenda de izquierdas y a sus electores de la carrera. Esta es la razón por la que debe disputar las primarias hasta la convención.
Explicación de conceptos:
Delegados comprometidos: Son los delegados enviados a la convención demócrata que están sujetos a los resultados de las elecciones en su estado (distribuidos proporcionalmente)
Superdelegados: Son delegados enviados a la convención demócrata que no están vinculados a ningún resultado de las primarias. Los superdelegados fueron creados por el stablishment del partido para influir en los resultados de las primarias no deseadas. Los superdelegados son, generalmente, gobernadores demócratas, miembros del Congreso o los miembros del Comité Nacional Demócrata
Todos los datos son de: en.wikipedia.org/wiki/Democratic_Party_presidential_primaries,_2016
Traducción: José Luis Martínez Redondo