Paul Elek en el levantamiento de los «chalecos amarillos» (gilets jaunes).
El volcán francés está nuevamente en erupción, después de años de profunda actividad subterránea. El sábado 1 de diciembre, el mundo ha descubierto cuán profunda es la actual crisis social en Francia. Después de un largo día de disturbios en los barrios más prestigiosos de París, los medios de comunicación y el gobierno francés finalmente se dieron cuenta de la magnitud de este movimiento social que comenzó unas semanas antes. Intentaré aquí dar una información clave para comprender el levantamiento de los «chalecos amarillos» (gilets jaunes).
La fiebre amarilla se extendió por todo el país antes de que alguien tuviera tiempo de darse cuenta. Si bien hubo numerosos actores que afirmaban constantemente que la fractura social en Francia estaba a punto de provocar un estallido social en la última década, ni los sindicatos ni los partidos políticos pueden negar que nadie la vio venir. Originalmente, el movimiento comenzó como una llamada a ir con un chaleco amarillo en el salpicadero de los coches para protestar contra el aumento de un impuesto sobre el combustible [1]. El gobierno había anunciado su intención de aumentar los impuestos para financiar la inversión en energías renovables. Sin embargo, solo 7 billones (20,5%) de los resultados esperados del impuesto se invertirían directamente en para ello[2]. En octubre, varios videos que pedían en las redes sociales una movilización comenzaron a recibir un impulso a nivel de base. Al final de un mes, una petición que exigía una política ecológica «no punitiva» y el retiro del impuesto reunió un millón de firmas en una semana. Estas llamadas a una movilización «ciudadana» y «apolítica» se hicieron eco en las clases populares, la actividad en las redes sociales alcanzó su punto máximo y pronto la propuesta de manifestarse el 17 de noviembre alcanzó un consenso en varios grupos de Facebook. Lo que sorprendió al principio fue cómo se entendía el tema político como una revuelta contra los impuestos, una negativa a pagar más. La izquierda tenía sus dudas sobre esta demanda, calificada por ciertos "poujadistas"[3] o temida por otros como una iniciativa "fascista" o "liderada por la extrema derecha". Desafiando cualquier cobertura mediática y discurso político, los pocos iniciadores del movimiento pidieron una movilización más allá de los "partidos políticos y sindicatos". El 17 de noviembre, mientras se realizaban algunas demostraciones, la originalidad de las acciones que se llevaron a cabo residía en los numerosos bloqueos y ocupaciones de rotondas, autopistas, carreteras e incluso zonas comerciales (en la actualidad, en zonas rurales y periurbanas, todas las actividades comerciales se concentran en estas áreas fuera de las ciudades, principalmente accesibles en automóvil). La movilización permitió que alrededor de 300.000 a 400.000 personas se autoorganizaran y usaran el famoso chaleco amarillo que la ley impone poseer en cada vehículo como una forma de permanecer visible en caso de un accidente automovilístico.
Cambio de la reivindicación anti-impuestos a una crisis social más profunda
Han pasado 20 días y el movimiento sigue en pie. Todos los días las personas siguen ocupando rotondas, obstaculizando el tráfico en autopistas y caminos, controlando el acceso a áreas comerciales ubicadas en áreas periurbanas y rurales. Sin embargo, el movimiento pasó de una reivindicacíon anti impuestos a una crisis social más profunda. La segunda semana, el 24 de noviembre, la manifestación en los Campos Elíseos se convirtió en una debacle para el gobierno. Estos últimos años se caracterizaron por la represión recurrente y frecuente y la brutalidad policial. Esta vez la gente organizó barricadas en la avenida francesa más famosa. Los enfrentamientos con la policía duraron todo el día, sin embargo, se concentraron en los Campos Elíseos. Mientras que los medios de comunicación y el gobierno intentaron incansablemente culpar a los "grupos de extrema derecha" y a los "violentos profesionales" para desacreditar el movimiento, el apoyo de la opinión pública se fortaleció [4]. Cuanto más se negaba el gobierno a escuchar las reivindaciones populares, más se movía el movimiento hacia un levantamiento social contra el "alto costo de la vida" y la "injusticia social de las políticas gubernamentales". De hecho, el gobierno lanzó una vez en el poder varias políticas que hoy en día son contraproducentes. La más emblemática es la disminución del ISF (un impuesto sobre las fortunas altas). Las 100 personas más ricas del país recibieron el equivalente de un millón de euros cada una en reducción de impuestos. Las personas que viven en áreas rurales y periféricas, y por lo tanto obligadas a usar automóviles para ir a trabajar o cualquier actividad social, se negaron a pagar y realizar un esfuerzo excesivo, mientras que los más privilegiados permanecieron a salvo de las políticas antisociales del presidente Macron. Hoy en día conocido como «el presidente de los ricos». La izquierda había advertido que los años de austeridad y contracción de los salarios conducirían a una erupción de la "Francia profunda", la de los 8,5 millones que viven bajo el umbral de la pobreza, la del salario mínimo (1187 euros) de los trabajadores. Lo que sin embargo es interesante es la profunda heterogeneidad de las personas involucradas. Un estudio actual de Espaces Marx ha llegado a las primeras conclusiones de que entre las personas que se movilizan hay muchos no votantes, personas que habían votado por el Frente Nacional y también partidarios de la Francia insumisa. Por el momento, la participación de los partidarios de Le Pen no parece influir en el curso del movimiento. La caracterización de base de este movimiento reside en la gran participación de clases populares, trabajadores autónomos, pobres y precarios, así como numerosas personas mayores que viven con unas pensiones miserables. Sin embargo, el consenso político existente es el rechazo a cualquier explotación política de su ira, desde los sindicatos hasta los partidos políticos.
¿Por qué el movimiento se convirtió en una crisis social y política más profunda? Al principio, fue muy interesante ver a los medios de comunicación invitar a estos activistas improvisados en sus canales explicando su negativa a pagar cada vez más. La burguesía siempre apoyó este discurso que consiste en culpar a Francia de la alta tasa fiscal y la contribución social. De hecho, ayudó en el pasado al discurso principal que buscaba desmantelar las protecciones sociales y los servicios públicos. Sin embargo, antes de lo que se dieron cuenta, cuanto más respondía el gobierno a que "mantendrían el rumbo", más evolucionaron las demandas políticas. Muy pronto la gente comenzó a pedir que se retirara la disminución de la ISF, para aumentar los salarios mínimos y el nivel de las pensiones. También reivindicaron más servicios públicos, particularmente en estas áreas rurales y periurbanas que sufren la disparidad de estos servicios (desde servicios de salud a servicios postales o de transporte). La segunda idea política principal que se planteó fue la necesidad de un cambio institucional: comenzaron a surgir diferentes demandas, desde la supresión del Senado hasta la disolución de la Asamblea Nacional y la solicitud de nuevas elecciones. El gobierno y su mayoría gobernante, compuesta por parlamentarios de clase alta absolutamente desconectados de la realidad de la gente, todavía no se dan cuenta de cómo se agrava la situación.
Amplio apoyo a los chalecos amarillos
Toda la oposición política de izquierda a derecha había llamado a apoyar el movimiento, mientras que la opinión pública mostraba un apoyo del 72 al 80% según los diferentes centros de encuestas [5]. El sábado 1 de diciembre, la movilización alcanzó otro nivel en términos de violencia y radicalidad. Los disturbios estallaron en París y en otras seis ciudades, mientras que los bloqueos y las acciones que se extendieron por las regiones continuaron durante más de dos semanas. Las personas que intentaban llegar al Palacio Presidencial tomaron las calles en el barrio más burgués de París. Desde el comienzo del movimiento, más de 800 personas han resultado heridas [6], una anciana murió después de recibir una granada de gas lacrimógeno en la cabeza, dos personas están en coma después de recibir un disparo con un LBD40 (un rifle de balas de goma) en La cabeza [7], a pesar del estricto procedimiento policial que prohibía el «tránsito libre». La represión es enorme y muchas personas han sido arrestados (1600[8]) y sentenciados después de procedimientos rápidos. El poder político se asustó el sábado pasado y su narrativa sobre la «ultra izquierda» y la «ultra derecha» que, según el gobierno buscan el caos y que atacan a la República no convenció a la población. Al comienzo de la semana, el Primer Ministro anunció una "moratoria" sobre el impuesto a los combustibles durante seis meses. La gente no se desmovilizó, entendiendo que era sólo una trampa. Dos días después, el gobierno canceló el impuesto para el año, casi rogando a las personas que no realicen una nueva manifestación el sábado y pidiendo que se abra un diálogo. Sin embargo, era muy poco y demasiado tarde y ahora la gente está pidiendo mucho más. La exigencia más común es la renuncia del presidente Macron. El gobierno afirmó esta semana que la República estaba en peligro, y que pedir manifestaciones el sábado sería irresponsable. El mismo presidente que había despreciado a los sindicatos y a la oposición les está pidiendo ahora a que pidan una pausa. Ahora, los estudiantes universitarios y de secundaria se han unido al movimiento, las manifestaciones se intensificaron con la represión policial. El jueves 6 de diciembre, mientras el gobierno anunció que usarán un vehículo blindado militar para la manifestación del sábado, aparecieron videos en la prensa y los medios sociales de un centenar de estudiantes de secundaria arrodillados, con las manos en la cabeza, "bajo la supervisión de la policía". [9]. La crisis no tiene precedentes y el poder político parece perdido.
El potencial de este movimiento multifacético es enorme. Ha estancado la capacidad del gobierno para continuar con su objetivo de desmantelar todo el sistema de protección social y de bienestar en Francia. Sin embargo, los posibles resultados políticos del movimiento aún no se han definido. Si la izquierda (France Insoumise, PCF, algunos socialistas) y algunos de los sindicatos (Solidaires y secciones locales de la CGT) han entrado en la batalla, algunas de las demandas políticas no son progresistas. Es difícil en el período actual determinar qué demandas políticas son apoyadas por todos o presentadas por la mayoría y no por algunos individuos. Algunas demandas aún no pueden ser aceptadas por la izquierda: disminución de la contribución social de las empresas, expulsión de migrantes a los que se les ha negado el asilo, etc. Por el momento, la politización del movimiento se ha basado en el "alto costo de la vida" y la necesidad de imponer impuestos a las grandes fortunas y a las grandes empresas para apoyar una nueva política ecológica. Definir el curso de esta profunda crisis es una batalla diaria, que parece que están ganando en estos momentos las fuerzas progresistas. ¡Macron, ten en cuenta que los franceses te quieren fuera!
Para mas información: Demands of France’s Yellow Vests as uploaded by France Bleu, 29 de nov.
Traducción: José Luis Martínez Redondo
Referencias
[1] http://lavdn.lavoixdunord.fr/500160/article/2018-12-03/gilets-jaunes-les-etapes-d-une-fronde-inedite
[2] https://www.europe1.fr/societe/prix-du-carburant-seulement-205-des-taxes-servent-a-la-transition-ecologique-3796691
[3] https://en.oxforddictionaries.com/definition/poujadism
[4] http://www.lefigaro.fr/politique/le-scan/2018/12/03/25001-20181203ARTFIG00131-malgre-les-violences-le-soutien-des-francais-aux-gilets-jaunes-reste-massif.php
[5] https://www.ledauphine.com/france-monde/2018/12/06/sondages-l-opinion-toujours-derriere-les-gilets-jaunes
[6] https://www.liberation.fr/checknews/2018/12/04/gilets-jaunes-quel-est-le-bilan-officiel-des-morts-blesses-et-interpelles-depuis-le-debut-du-mouveme_1695762
[7] https://www.mediapart.fr/journal/france/061218/gilets-jaunes-ces-manifestants-blesses-ou-mutiles-par-la-riposte-policiere?page_article=2
[8] https://www.liberation.fr/checknews/2018/12/04/gilets-jaunes-quel-est-le-bilan-officiel-des-morts-blesses-et-interpelles-depuis-le-debut-du-mouveme_1695762
[9] http://www.lefigaro.fr/actualite-france/2018/12/07/01016-20181207ARTFIG00071-mantes-la-jolie-des-images-de-jeunes-interpelles-par-la-police-font-polemique.php