En la noche del 24 de junio se hizo eco en mis oídos la frase que mi madre pronuncia después de cada elecciones que perdemos, "estamos otra vez en minoría". Mi padre, que era partidario fanático del Partido Republicano del Pueblo (CHP), que actualmente es el principal partido de la oposición de Turquía, no podía
En la noche del 24 de junio se hizo eco en mis oídos la frase que mi madre pronuncia después de cada elecciones que perdemos, "estamos otra vez en minoría". Mi padre, que era partidario fanático del Partido Republicano del Pueblo (CHP), que actualmente es el principal partido de la oposición de Turquía, no podía recuperarse después de cada derrota. Se entristecía por días después de cada derrota en las elecciones. Dado que no vemos las elecciones como la única forma de lucha, las elecciones nos afectaron relativamente menos que a otros. Sin embargo, todos nos desmoralizamos porque es muy necesario un cambio de régimen.
Especialmente, con la sensación positiva que creó Muharrem Ince, que es el candidato presidencial del principal partido de la oposición, sacrificamos el pesimismo del intelecto por el optimismo de la voluntad. Subestimamos la realidad de que no son posibles elecciones justas en período de estado de emergencia. Subestimamos el efecto de los medios cautivos sobre las percepciones cotidianas de los ciudadanos y el atractivo de otorgar mil liras a cada jubilado justo antes de las festividades religiosas. Pero trataré de adoptar un enfoque optimista, considerando la disminución del apoyo a la Alianza del Partido Justicia y Desarrollo – Alianza del Movimiento Nacionalista (AKP-MHP) e intentaré analizar serenamente la situación política.
1- Recep Tayyip Erdoğan, el líder del AKP, logró el 51.8% de los votos en las elecciones presidenciales de 2014 y luego formó una coalición con el MHP, que es el partido nacionalista de Turquía, en las elecciones de 2018 ya que entendió que no era posible ganar las elecciones otra vez sólo. Con esa alianza, apenas alcanzó el 52.5%. Lamentablemente, este porcentaje fue suficiente para lograr su objetivo. En las elecciones de noviembre de 2015, el voto acumulado de la coalición AKP-MHP fue del 61.4%. En junio de 2018, disminuyó al 53.6%. Sin embargo, esta disminución no fue suficiente para dar la vuelta al gobierno. Ahora, Turquía se rige de una manera que siempre ha rechazado Recep Tayyip Erdoğan: Una coalición. Así que podemos decir que ha perdido una de sus armas más importantes.
2- No hay posibilidad de continuidad para un régimen que lleva a todas las instituciones del país al borde del colapso, que no le dio importancia al mérito, que nunca consigue el voto de los segmentos con mayor formación y tampoco el de los más productivos de la sociedad. El aumento del desempleo, la crisis económica cada vez más profunda, la detención repentina en el crecimiento económico parece inevitable. Por eso tendrá que enfrentar las consecuencias de una crisis creada por él mismo. Es muy probable que su salida final se produzca por los problemas económicos.
3- Otro resultado sorprendente en estas elecciones fue la salida del parlamento del Buen Partido (İYİ Parti). Varias personas que abandonaron el MHP fundaron el İYİ Parti, que está más cerca del centroderecha. Su derrota se debió al aumento de los votos del MHP. Veo la situación de esta manera: El MHP bajo el control del AKP fue la opción favorita de los votantes de derecha, en lugar del İYİ Parti, que era un componente de la alianza liderada por el CHP. El İYİ Party, que es gobernado por Meral Akşener, participó en las elecciones gracias a un gesto del CHP. Al parecer, a los votantes de derecha también les disgustó esa circunstancia. Pienso que los cuadros del MHP buscan influencia en la burocracia y así obtener participación de la parte del gobierno que afecta a las decisiones de votación. Aunque parezca algo reprensible para nuestra izquierda: A diferencia de los votantes socialdemócratas, que toman sus decisiones de voto basadas principalmente en principios e ideologías, las prioridades de los votantes de derecha son diferentes. Aquí se priorizan los beneficios.
4- Muharrem Ince obtuvo un éxito realmente importante al infundir esperanza, dando emoción a las personas que son culturalmente opuestas al régimen del AKP. En la reunión de Maltepe observé que las personas que participaron en la reunión se movilizaron en torno a los valores del secularismo, el modernismo y la ilustración. A pesar de las expectativas positivas, no hubo éxito en atraer a los partidarios del campo cultural opuesto.
5- Como Ince proviene de una familia conservadora y adopta una actitud "libertaria", la derecha lo encontró más favorable que Kılıçdaroğlu, el líder del CHP. Del mismo modo, el enfoque constructivo para la solución del problema kurdo y el apoyo a la educación en la lengua materna también ayudaron a reducir la tensión en la sociedad y promover la tolerancia entre los grupos disidentes. Sin embargo, no es fácil transformar la simpatía justa en votos. Una situación similar también le ocurrió a Karamollaoğlu, el líder del partido islamista Felicity. Creó simpatía entre los grupos laicos de izquierda por su perfil de "buen hombre mayor", incluso se le asemejó al Che. Sin embargo, esta simpatía no pudo encontrar una respuesta de los grupos islámicos. Si pensamos en una condición a largo plazo, el esfuerzo de Ince no se desperdició. Podemos decir que tuvo éxito en el sentido de que el mensaje se escuchó en diferentes grupos.
6- Aunque tiene un estilo definido, no cuestionó la base del orden en los temas principales. Trató de llenar el vacío que se creó debido a la pérdida de reputación de Erdogan en Occidente. Es obvio que esos esfuerzos no tuvieron el impacto esperado. Debemos decir que su discurso sobre la garantía de la independencia del banco central, el compromiso hacia la membresía plena de la UE, ser partidario del status quo en las relaciones exteriores, no estuvo a la altura de Ecevit, el líder fallecido de CHP y antiguo presidente de Turquía, cuando dijo ‘este orden debe cambiar ‘.
7- El HDP, el Partido Democrático de los Pueblos, formado por la izquierda liberal socialista y el movimiento laico principalmente kurdo tuvo el éxito de pasar el umbral en las elecciones y entrar en el parlamento para formar parte de la oposición, en parte, gracias a los votos que recibió de votantes del CHP. Hay dos peligros que esperan al HDP. Primero, se ven a sí mismos como el único centro de la oposición revolucionaria de izquierda debido a las figuras socialistas que enviaron al parlamento. El segundo es el liberal, los representantes liberales de izquierda que enviaron al parlamento por las listas del HDP y la posibilidad de llegar a un compromiso con el régimen del AKP.
8- En el período electoral, se produjo un clima positivo no solo entre los miembros de la Alianza Millet (alianza CHP-SP-İYİ Party) sino también entre Millet y el HDP y otros grupos de la oposición en la sociedad. Esa actitud positiva se construyó sobre la solidaridad, la tolerancia, la colaboración y la oposición al régimen que intenta establecer RTE. La diferencia entre el HDP y Demirtas, candidato presidencial del HDP, en un 3.3% y entre el IYI Parti y Akşener en un 2.7% podría entenderse como un reflejo de un esfuerzo para consolidar los votos en la opción más poderosa. La gente, que vota por Ince, respondió a ese gesto ayudando al HDP a pasar el umbral de las elecciones. Este clima positivo no debe ser sacrificado al pesimismo y a la desesperanza. El ambiente que nos recuerda el Período Gezi y el referéndum del 16 de abril debería estar protegido para mañana.
9- Si ponemos los humildes esfuerzos del TKP, el Partido Comunista de Turquía, de candidatos independientes, no había otra opción que fuera un programa totalmente antisistémico en el período electoral del 24 de junio. Fuimos testigos de escapar de las críticas al capitalismo, al imperialismo y a la defensa del secularismo. Cualquier comprensión que no ponga el debate sobre el conflicto entre el capital y el trabajo, que no cuestione las relaciones de propiedad-explotación del capitalismo, que no se enfrente a la hegemonía global del imperialismo y a sus políticas en Oriente Medio, no abrace abiertamente el secularismo, no condene el momento reaccionario en la sociedad, no podrá establecer vínculos permanentes con las fuerzas del trabajo. El Movimiento Unidos de junio, que fue fundado después de la Revuelta de Gezi, y otros sujetos revolucionarios-socialistas, deben llenar el vacío que no pudieron llenar el CHP y el HDP debido a sus alianzas cíclicas y sus límites.
10- En el próximo período, debemos crear la lucha organizada y unida de las fuerzas del trabajo. Hoy no tenemos otra opción que seguir protegiendo los logros en la educación, los sindicatos y las organizaciones profesionales. Nuestro país necesita una voluntad revolucionaria más que nunca en un ambiente de frustración y desesperación. ¡Siempre y cuando no olvidemos que "tenemos razón, ganaremos"!
Traducción: José Luis Martínez Redondo