La suspensión del parlamento, ordenada por Boris Johnson, es la última fase de un golpe de la derecha tory que se ha venido desarrollando desde el referéndum del Brexit en 2016. La suspensión del parlamento presagia un Brexit duro y calamitoso – muy probable seguido por unas elecciones generales. En este sentido, Johnson se presenta como la persona que lleva a cabo la voluntad del pueblo sobre el Brexit y avanza un programa totalmente reaccionario basado en ser ‘duro’ contra el crimen así como unas promesas falsas sobre gastos.
La suspensión del parlamento, ordenada por Johnson, ha puesto de manifiesto el absoluto cinismo de los líderes conservadores. Si les conviene, pregonan la soberanía del parlamento y s no les conviene, lo suspenden. El enfado y las denuncias de los políticos de la oposición no se detendrán este golpe. El Partido Laborista ha solicitado asesoramiento legal para una revisión judicial, que seguramente no se admitirá. El enfado del pueblo se tiene que convertir en una acción de masas en las comunidades y en las calles para imponer la reapertura del parlamento.
El Brexit, especialmente un Brexit duro conservador, es la pieza central de un programa de super-thatcherismo, que el gobierno de Johnson quiere poner en marcha. Su plan es convertir a Gran Bretaña en un país de mano de obra barata y desregulada, de bajos impuestos, en un puesto avanzado con pocos puestos de trabajo y regulaciones ambientales mínimas. Sin acuerdo con la UE, Johnson podría adherirse a un acuerdo comercial impuesto por los Estados Unidos – reduciendo a Gran Bretaña al estatus de un estado vasallo. Un paraíso de la abundancia para los multimillonarios sin escrúpulos, que exportan mano de obra barata como su principal producto.
Los enormes recortes de impuestos para los ricos serían pagados de inmediato por la clase obrera a través del aumento de los precios de referencia, de los salarios estancados o reducidos, con un servicio de salud y de atención social colapsados, así como con una enorme extensión de contratos de cero horas y una reducción o abolición del salario mínimo nacional, que vendría después. Aquí también se incluyen el racismo rampante y los ataques a los inmigrantes, y nuevos ataques a los sindicatos y a los derechos democráticos, para finalizar en un servilismo británico al militarismo estadounidense en un avance de la contrarrevolución a nivel mundial.
Como primer paso para evitar esa tragedia, el Partido Laborista y los sindicatos deben convocar una marcha de un millón de personas hacia Westminster para imponer la reapertura del parlamento. Esta es una situación sumamente peligrosa y el tiempo no está de nuestro lado. El movimiento obrero y sindical tiene el poder de derrotar a este gobierno de extrema derecha. La dirección del Partido Laborista debe convocar manifestaciones masivas en todo el país. Es el momento de actuar.
Dirigir ahora los ataques contra Johnson puede ayudar a prepararnos para resistir los ataques conservadores en las elecciones generales.
La Secretaria Nacional de Left Unity, Felicity Dowling, dijo: ‘Los derechos del Parlamento fueron conquistados en una dura lucha. En el siglo XXI, en el contexto del ascenso de la derecha internacional, los ataques a los derechos del Parlamento son especialmente peligrosos. Johnson y compañía son radicales derechistas, preparados para eliminar los derechos de los trabajadores y fomentan el aumento del racismo y los trastornos sociales. La pobreza y la crisis de los servicios públicos convierten la táctica del más fuerte en algo mucho más peligroso. Johnson ya está utilizando los medios de comunicación y las redes sociales para construir su proyecto. El movimiento obrero debe responder con fuerza para reafirmar el compromiso con la democracia y con todos nuestros derechos conquistados duramente. Un mundo mejor es posible’.
Puede firmar aquí la petición de defensa de la democracia "Otra Europa es Posible".
Publicado en la página web del Partido de la Izquierda Europea.