La Semana de Acción sobre la Pobreza Energética de este año se celebra del 21 al 25 de febrero con el fin de crear un impulso en toda Europa para exigir una energía limpia y asequible para todos.
La Coalición por el Derecho a la Energía está organizando una campaña en Twitter durante toda la semana. Sigue a la Coalición por el Derecho a la Energía en Twitter y tuitea tus demandas, soluciones e historias desde el terreno utilizando el hashtag #RightToEnergy.
La urgencia de la situación, exacerbada por la crisis del precio del gas y la creciente impaciencia ante las políticas inadecuadas, ha animado a muchas personas a levantarse contra un sistema energético que les está fallando.
Incluso antes de que la crisis de los precios de la energía empezara a ser noticia, más de 50 millones de europeos ya se veían obligados a elegir entre calentarse o comer.
Más que una simple subida de precios
La pobreza energética es una desigualdad estructural, basada en viviendas ineficientes e inseguras y en un sistema energético injusto y con ánimo de lucro. Una de sus causas fundamentales, la vivienda ineficiente, está relacionada con más de 100.000 muertes prematuras al año.
Sólo en Francia, 12 millones de personas viven en viviendas ineficientes e inseguras. Uno de cada cuatro hogares en Europa tiene dificultades para iluminar, calentar o refrigerar su casa.
La crisis del precio del gas de este invierno ha puesto la pobreza energética en el punto de mira, pero los líderes de la UE han sido incapaces de acordar una respuesta y hasta ahora sólo han ofrecido ayudas temporales a los hogares más vulnerables.
Mientras ellos se afanan en buscar soluciones a corto plazo, las organizaciones de base llevan décadas organizándose y proporcionando ayuda.
En toda Europa, muy pocos países han puesto en marcha las salvaguardias adecuadas para evitar la acumulación de deudas energéticas y limitar las desconexiones, lo que pone en peligro a millones de personas mientras los precios de la energía siguen disparados.
El caso de Cataluña
Cristina, que vive cerca de Barcelona con sus tres hijas, vio cómo su factura de la luz se duplicaba en cuestión de meses. La renta básica que recibe del gobierno catalán nunca sería suficiente para absorber tal aumento.
Ya había experimentado la pobreza energética durante la crisis de 2008, cuando perdió su trabajo y vio cómo su deuda energética superaba los 1.000 euros. Así que decidió unirse a la Alianza contra la Pobreza Energética (APE), una organización de base que desafía el sistema energético dominante y aborda las causas fundamentales de la pobreza energética.
El trabajo de APE ha tenido un éxito increíble y ha llevado a un cambio político sustancial en 2015, cuando el Parlamento catalán prohibió las desconexiones de electricidad para los hogares vulnerables.
En 2021, APE lideró una exitosa campaña que liberó a 35.000 familias de sus deudas energéticas. Su movilización también llevó a la ciudad de Barcelona a crear centros de asesoramiento y a lanzar una campaña pública para informar a los ciudadanos de sus derechos.
Cataluña es un ejemplo de cómo podemos garantizar colectivamente que el derecho a la energía se convierta en un derecho humano en toda Europa, y desafiar a las empresas energéticas que todavía consiguen generar grandes beneficios en medio de una crisis humana.
Es hora de reequilibrar la balanza
Una investigación de Global Witness revela cómo los mayores productores de gas se lucran, mientras millones de personas luchan por calentar sus hogares y cocinar sus alimentos.
Esto demuestra claramente la necesidad de un sistema energético que anteponga las personas y el planeta a los beneficios.
Los movimientos y las iniciativas de solidaridad están surgiendo de diferentes formas, desde los sindicatos que exigen el fin de un modelo de mercado fracasado hasta las comunidades energéticas emergentes que operan con energía renovable.
Es hora de descarbonizar el parque inmobiliario europeo, liberarnos de los combustibles fósiles y conseguir una transición energética para todos.
Publicado por primera vez en Euronews.com (versión completa)