En junio de 2015, Jean-Claude Juncker, presentó un informe que había escrito conjuntamente con los "presidentes" de la Eurozona, del Eurogrupo y del BCE, así como con el presidente del Parlamento Europeo (el único de los cuatro que ha sido elegido).
Su prioridad es trabajar hacia “una unión económica de convergencia, el crecimiento y la creación de puestos de trabajo”.
En primer lugar, mediante la creación de un sistema de autoridades que supervisen la competitividad de la Eurozona. En sus propias palabras: "una aplicación reforzada del procedimiento de desequilibrio macroeconómico; un mayor énfasis en el empleo y el desempeño social; y una mayor coordinación de las políticas económicas […] el proceso de convergencia debería ser más vinculante a través de un conjunto de normas comunes de alto nivel que se definirá en la legislación de la UE”. Estas medidas se basan en la creación de una "Autoridad de Competitividad "en cada país.
Dicho de otra manera, esto será nada menos que la escalada y el posterior afianzamiento de las políticas que apoyan la austeridad, la presión a la baja de los salarios, la destrucción de la protección colectiva, que serán controladas centralmente por los tecnócratas de Bruselas, es decir, las medidas que se han impuesto agresivamente en Grecia desde 2008 y, más discretamente, pero con la misma eficacia, se están convirtiendo en la norma perpetua en la práctica totalidad de los países de la UE.
Además, quieren concluir la unión financiera con el fin de reforzar los poderes que tiene el BCE sobre los bancos centrales nacionales, ponerlos completamente bajo su control administrativo de forma indefinida.
La UE estaría entonces sólo a un pequeño paso de convertirse en una unión presupuestaria con un comité asesor de presupuestos que reforzaría el asesoramiento presupuestario a nivel nacional e impondría con firmeza las normas presupuestarias autoritarias que deben cumplirse en el nombre de la "estabilidad financiera".
Por último, para demostrar claramente el apoyo del Directorio al federalismo, se creará una "representación exterior unificada" de la Unión Económica y Monetaria (UEM) para hablar con el FMI con una sola voz (lo que dicen) y reforzar así el papel del presidente del Eurogrupo (no debemos olvidar que se trata de un cargo no electo) tanto en términos de poder como de recursos.
La dimensión social de la UEM, que si bien se menciona al final del informe, quedará en manos de un grupo consultivo de expertos y las medidas, posiblemente se podrán poner en marcha en algún momento entre ahora y 2025.
¿Cuál debería ser la respuesta a estas ambiciones para afianzar aún más las políticas ordoliberales, para acelerar el proceso hacia la federalización de la UE y desarrollar un grupo central dentro de la Eurozona?
Numerosos sindicatos y actores de la sociedad civil en Grecia ya están tomando medidas. Han publicado un “Llamamiento de Grecia a Europa” en forma de una petición exigiendo la restitución del derecho a la negociación colectiva para que los trabajadores puedan organizarse, el derecho a expresar las luchas sociales y para que se cumplan sus requisitos. Esto implica que se deben abolir las regulaciones impuestas por el memorándum de entendimiento de julio.
Nuestra sociedad se enfrenta a los retos actuales con dos ideologías distintas. Una de ellas, la que apoya el Directorio, quiere una mayor competencia entre las personas, más austeridad y considera los derechos de los trabajadores como un obstáculo para la competitividad, es decir, altos beneficios y dividendos para los accionistas y menos democracia. La otra ideología piensa que la protección y el reconocimiento del valor del trabajo es una medida económica, social y ambiental eficaz que permite que todos tengan un trabajo justo en términos de remuneración y condiciones laborales y que se allanaría así el camino para una transición ecológica y para una transformación productiva que podría salvar al planeta de la destrucción que parece inevitable bajo el Directorio.
Durante la reunión final del AlterSummit (AS) en París el 30 de noviembre y el 1 de diciembre, se decidió que cada organización que era miembro del AS pediría a tantas personas como sea posible firmar la siguiente petición. Por favor firma si quieres ver una Europa social y ambientalmente justa.
Traducción: José Luis Martínez Redondo